En 2009, Lancôme celebró los cuarenta años de su agua de colonia femenina más conocida, escribiendo una nueva historia de frescor. Fue el nacimiento de ‘Ô d'azur’, fragancia fresca de sensaciones, refrescante, por supuesto, pero también deliciosamente sensual... una explosión de caviar de limón, una insinuación de pimienta rosa que, con su particular toque especiado, contrasta con la generosa fragancia de la rosa damascena y un fondo voluptuoso de almizcle y de semillas de ambreta... Ô d'azur es la historia de un atardecer de verano en la French riviera, cuando el calor del día se difumina para dejar paso a una atmósfera deliciosamente fresca.
En 2011, la historia continúa... un nuevo capítulo se abre con la creación de
En 2011, la historia continúa... un nuevo capítulo se abre con la creación de
Ô de L'Orangerie’: una caricia de flor de azahar con un toque de cítricos, tan delicada como una bruma sobre la piel, una nueva escritura de frescor firmada por Lancôme. Ô de L'Orangerie evoca la placidez de un paseo por sus avenidas, un día de verano, entre sol y sombra. una brisa ligera agita los naranjos, difundiendo con su rastro las fragancias de sus flores. Homenaje contemporáneo a la flor de azahar tratada desde el frescor, Ô de L'Orangerie deja aflorar todos los matices de esta nota única: a la vez fresca y aterciopelada, intensa y delicada, esta misteriosa flor se revela, bajo la égida de dos perfumistas de talento, Anne Flipo y Dominique Ropion, en todos sus contrastes. "Queríamos crear una flor de azahar singular, que ofreciera sus espléndidas facetas. Al ir asociada a los matices más hermosos, a tonalidades acuáticas y a vibrantes acentos amaderados, adopta una nueva amplitud", afirma Anne Flipo. "Nuestra idea era recrear una feminidad fresca y radiante", añade Dominique Ropion. "Y soñábamos con un agua fresca refinada que homenajeara a esta flor mítica en el mundo de la perfumería, dejando que se desvelara con pudor y majestuosidad." Toda la audacia de la flor de azahar aparece reflejada en Ô de L'Orangerie gracias a dos preciados ingredientes: la esencia de nerolí, fresca, crujiente y el absoluto de flor de azahar con suaves y melosos acentos.
En torno a estas ricas y preciosas notas, se desarrolla una multitud de sensaciones: el sabor explosivo de los toques de bergamota y de naranja se eclipsa para dejar paso al frescor de un matiz acuático cristalino, dulcificado por la suavidad de los pétalos de jazmín. de fondo, la vibración de la madera y la untuosidad del benjuí exaltan la voluptuosidad de esta flor de azahar sin igual.
Ô de L'Orangerie se revela en el frasco reinventado en 2009 por Fabien Baron para celebrar el 40 aniversario de Ô de Lancôme: una reinterpretación moderna y depurada del histórico frasco, donde permanecen grabadas las volutas del diseño original, inspiradas por las ondulaciones del agua. gracias a su absoluta transparencia, el cristal del frasco deja vía libre al singular tono del jugo de Ô de L'Orangerie: un verde agua tan tierno como el corazón de una flor de azahar.
En torno a estas ricas y preciosas notas, se desarrolla una multitud de sensaciones: el sabor explosivo de los toques de bergamota y de naranja se eclipsa para dejar paso al frescor de un matiz acuático cristalino, dulcificado por la suavidad de los pétalos de jazmín. de fondo, la vibración de la madera y la untuosidad del benjuí exaltan la voluptuosidad de esta flor de azahar sin igual.
Ô de L'Orangerie se revela en el frasco reinventado en 2009 por Fabien Baron para celebrar el 40 aniversario de Ô de Lancôme: una reinterpretación moderna y depurada del histórico frasco, donde permanecen grabadas las volutas del diseño original, inspiradas por las ondulaciones del agua. gracias a su absoluta transparencia, el cristal del frasco deja vía libre al singular tono del jugo de Ô de L'Orangerie: un verde agua tan tierno como el corazón de una flor de azahar.
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