En plena época de globalización, descubrimos remedios ancestrales que son capaces de dejar los cabellos increíblemente suaves, sedosos, nutridos, llenos de vida y completamente revitalizados y regenerados.
El aceite de Argán, proviene del prensado de las almendras de los frutos secos del Argán, cuyo árbol crece sólo en el sudoeste de Marruecos y por su naturaleza es un árbol único en el mundo, corresponde a la reserva de la biosfera de ese país. Es un área declarada, en los últimos años, por la UNESCO, como patrimonio de la humanidad.
La extracción del óleo de Argán es conseguida, a través de un proceso mecánico, sin el empleo de cualquier producto químico o agentes semejantes.
Este óleo es elevado en vitamina A, E y F, neutraliza los radicales libres, contiene 80 % de ácidos grasos esenciales, siendo el 45% ácido oleico y 35% linoleico. Posee una cantidad de vitamina E mayor a la del aceite de oliva, la misma ayuda a mejorar la salud del cabello, inhibe el envejecimiento, restaura la humedad, la elasticidad, hidrata los cabellos, otorga brillo y suavidad a los mismos. Además posee la propiedad de aislar a los cabellos de los contaminantes ambientales.
Es liviano, combate el ‘frizz’ y es absorbido rápidamente por los cabellos, evitando, además, las puntas abiertas.
Suaviza hasta los cabellos más rebeldes, es una potencia regeneradora e hidratante y sana hasta los cabellos más castigados.
Modo de Uso: Aplicar una gotas de Óleo de Argán sobre la palma de las manos. Distribuir en forma uniforme en largos y puntas sobre el cabello limpio y húmedo, secado a toalla. Peinar y secar. Si se desea, pasar la planchita o el secador de pelo, este producto posee muy buena protección térmica.
Libre de Parabenos, formaldehído y donantes de formaldehído.
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